miércoles, 13 de junio de 2012

Esto que soy y no soy*




Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida…

Rafael Cadenas

Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo…

Oliverio Girondo

Seguro que si me toman una foto sería muy parecida a esta. Ahora dudo, ¿es una foto o un espejo? He transitado una franja oscura por la que se escurre el agua y el polvo del tiempo, siempre sucio, mancha he sido. Una mancha sin compromiso, sin razón de ser, un estorbo para otros, una mancha resistente, agotada de su condición de mancha. Un espectro sin sueños. No tengo nada ni a nadie porque nada he ofrecido, las personas se alejan de mí porque no toleran mi silencio, mi conformidad con todo, mi dificultad de vivir. Una vez intenté comprometerme con una causa que consideraba noble, pero comencé a sufrir de sueño y la causa fue la cama y la somnolencia. Una vez intenté expresar lo que sentía a una vieja amiga de la que olvidé ya su nombre y solo me salió aire, un trozo de noche nublada. Una vez quise llorar y me reí con un resentimiento sin lugar. Una vez quise buscar los bordes, el centro donde me sostengo y las manos se me iban lejos haciendo eco en el vacío. Una vez cambié mi nombre por derrota y mi apellido por cansancio. Una vez creí que nací para ser el modelo de aquellos que no querían ser como yo, pero después me di cuenta que ese era un rol muy importante como para ejercerlo. Una vez determiné que me dejaría llevar por esto que soy y no soy, desde entonces la corriente del sinsentido me lleva de la mano y no hago ningún esfuerzo. Unas veces me atrevo a tener un sueño y como el hombre de la imagen siento que me desvanezco, que me hago invisible, hasta que viene alguien y me reconoce y con un gesto, una mirada o un saludo me hace perder todas las esperanzas.

 *Texto de la Cuarta Semana del Proyecto Literario Letras Instántaneas

4 comentarios:

Víctor Mosqueda Allegri dijo...

Anaís, qué texto tan poderoso. Creo que es el microcuento en el que mejor has conjugado los recursos poéticos que tan bien dominas. Ahora sí que has rozado de forma peligrosa los límites entre narrativa y poesía en prosa. Sin embargo, la historia que dejas ver, para mí, tiene una importancia mayor a las imágenes poéticas que usas, así que lo definiría como cuento antes que como poema, aunque creo que funciona de las dos maneras. Si te soy sincero, el texto me pareció genial, pero el título no me agrada casi. Siento que no se ajusta a la personalidad de tu protagonista, aunque él mismo mencione las palabras del título, ya avanzado el relato. Pero creo que no es lo mismo involucrarlo como una frase, cuando ya el lector se ha introducido en la historia, que al inicio, cuando ni el mismo protagonista se atreve a desnudarse con todo lo que tiene. Yo apostaría por un título más sencillo, más minimalista: "Desaparecer", "Mancha", "Corriente", "Desvanecer", "Opacidad", "Transparencia", "Traslúcido", "Desenfocado", etc. Creo que así proporciona un "in crescendo" emocional, que permitirá que el lector aprecie más la evolución de la historia según es contada. No sé qué digas tú.

Anaís Barrios Flores dijo...

Qué fino que te gustó el texto. La foto, el poema de Rafael Cadenas y un cuento de Eduardo Liendo se encuentran metidos, en esencia, dentro de este texto. El título no me convencía mucho, seguiré tu sugerencia y buscaré cambiarlo.

Gabriela dijo...

"solo me salió aire, un trozo de noche nublada" que frase que me ha pegado... Genial.

Miguel Alejandro Díaz Chang dijo...

concuerdo con Víctor, en que el uso de elementos propios de la poesía ocupan un espacio maravilloso en este texto, pero la fuerza se apoya en esa prosa limpia y sencilla con que nos vas hundiendo en las marisma de este desesperado.

Me fascinan esta clase de personajes, rotos, invertidos.

Pienso que capturaste la atmósfera de la fotografía.

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