Frente a la incandescencia de esta
lámpara de hospital te trazo estas letras, este trozo que será de nadie, este grito
ahogado. Lamento poner en evidencia nuestra soledad con estas líneas. ¿Qué te
puedo decir que ya no sepas? Ha sido un goce sufrir contigo. Tanto esfuerzo por
remendarte y te desprenderás de a pedacito. Te me escurrirás por dentro. Te
fugaras sin rastros por las rendijas de mí misma. Ya lo dijo el médico y me lo
escribo para ti: Alzheimer. Así se llama la nada que nos está soplando el
tiempo y nos desordena como a hojas secas los recuerdos. Sólo por hoy tenemos
esta certeza. El cofre de la memoria transita el abismo, algún día caerá y todo
será página en blanco, vacío sin fondo, oscuro sin bordes.
¡Mi misma suelta el lápiz! Sal a
la calle, busca la música y danza un rato. Dejemos este fragmento del olvido que ya
el camino está dispuesto para desandarlo.
*Séptimo texto de la semana siete del proyecto literario Las 3 Varibles.
4 comentarios:
Hola Ani. Me sorprende lo increíblemente corto de tu carta. La verdad tienes el don de ir al grano. Pero en este caso, siento que te precipitaste un poco. Apenas estoy sintiendo que el cuento va empezando cuando lo terminas, y siento que queda un poco forzado el cierre. Me parece muy especial el momento que escogiste, el de recibir el diagnóstico. Y es algo con lo que tú y yo como psicólogos trabajamos a diario, aunque no en el área del Alzheimer por supuesto. Pero dar un diagnóstico es algo que marca inmediatamente. Y creo que toda la profundidad y la oscuridad, la ambigüedad que rodea a ese momento merece más líneas. Me gustaría saber un poco más de lo que se dice a sí misma tu personaje en ese momento. Tienes en tus manos el potencial de elaborar un personaje memorable, o dejar sus bosquejos esquemáticos. ¿Qué opinas tú al respecto?
Hola, Vic. Si, ya sabía que la carta había quedado a medias, pero no pude resolver más, se trancó la idea. Luego la retomo para desarrollar más el personaje en su momento del diagnóstico. Cuando lo haga te aviso :)
Hola Anaís, no te había dejado comentarios sobre este texto pero a mi me parece que es adecuada la forma en que termina, después de saber el diagnostico el paciente siente cierta urgencia por salir y hacer todo lo que le apasiona puesto que sabe que dentro de poco no le gustará, o no recordará que le gustaba, así que no tiene tiempo que perder y debe ser quien es antes de olvidarlo, ya tendrá tiempo después para seguir dejándose unas lineas que le ayuden en ese trance.
Bueno, así es como yo lo sentí y me agrado el resultado de como trabajaste las variables. Muy bien. Nos leemos pronto!!!
A mí me dejó sin palabras, y me llegó. Es que hay cosas que te dejan sin palabras, los diagnósticos, el olvido, las páginas en blanco... No creo que haya que forzar, a destiempo, la (re)escritura de los más duros eventos. Las palabras llegan hasta donde llegan, y ciertamente no son capaces de decirlo todo; mientras tanto, música. Corto, conciso, al grano y hasta ahí, para el momento. Hay tiempos lógicos para todo.
Un abrazo.
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